Quiero arreglar todo lo que hice mal todo lo que escondí hasta de mí, debo contar lo que yo solo sé, uh perdón, Victor Sueiro también.
Quiero arreglar todo lo que hice mal todo lo que escondí hasta de mí, debo contar lo que solo yo sé, uh perdón, Angel Cristo también.
Se ve que para algo usé la cuchara, porque no encuentro sopa, postre ni ensalada, hay botellas vacías de marcas extrañas, las debo haber tomado, uh que resaca.
No pienso estar Enero en Pinamar no me excita cagar en el mar que tentación yo me voy al Bolsón reservé por ahí una gran suite.
No pienso estar Enero en Pinamar no me excita cagar en el mar que tentación yo me voy al Bolsón reservé por ahí una gran suite.
Revísenme el aceite, el aire y el agua revísenme a mi, el coche no tiene nada en esta ocasión voy a pedirles perdón si es rápido y es gratis entonces, why not?
Siempre seguí la misma dirección la difícil la que usa el salmón siento llegar al vacío total de tu mano me voy a soltar.
Siempre seguí la misma dirección la difícil la que usa el salmón siento llegar al vacío total de tu mano me voy a soltar.
Dame, dame, dame un poco de tu amor yo a cambio te ofrezco una montaña de horror. Dame, dame, dame un poco de tu amor.
Gimme, gimme, gimme.
Me llegó una carta que me dice The End, no tiene remitente déjame de joder.
Era lunes por la tarde, pero estaba amaneciendo era amargo el chocolate y llovía en el desierto,
muerde el polvo del deshielo, hace calor y es invierno dando curvas sigo recto, miro al suelo y los encuentro dando curvas sigo recto.... miro al suelo y los encuentro.
En los dedos de mis pies, crecen hongos de colores me los como y crecen flores más allá del horizonte.
Mis recuerdos, sobre ruedas, se me vienen y se alejan, las serpientes cascabeles cargan miel pa' las abejas,
en el cielo crece hierba qué luna llena pendeja, y quién quiere una cerveza en este campo de setas y quién quiere una cerveza... ¡Ay! en este campo de setas.
En los dedos de mis pies, crecen hongos de colores me los como y crecen flores más allá del horizonte. Qué ruidoso es el silencio y yo sigo siendo tan feo me está el mundo tan florido y yo tan perdido en el desierto.
Todo este desierto es mío, me lo digo y no lo entiendo, luego me miro p'adentro y no me gusta lo que veo luego me miro p'adentro.... y no me gusta lo que veo.
Sentados en corro merendábamos, besos y porros y las horas pasaban deprisa entre el humo y la risa. Te morías por volver con la frente marchita cantaba Gardel y entre citas de Borges Evita bailaba con Freud, ya llovió desde aquel chaparrón hasta hoy.
Iba cada domingo a tu puesto del rastro a comprarte carricoches de miga de pan, soldaditos de plata. Con aguita de un mar andaluz quise yo enamorarte pero tú no tenías más amor que el de río de la plata.
Duró la tormenta hasta entrados los años ochenta cuando el sol fue secando la ropa de la vieja Europa. No hay nostalgia peor que añorar lo que nunca jamás sucedió mándame una postal de San Telmo, adiós cuídate y sonó entre tú y yo el silbato del tren.
Iba cada domingo a tu puesto del rastro a comprarte monigotes de miga de pan, caballitos de lata. Con aguita de un mar andaluz quise yo enamorarte pero tú no tenías más amor que el de río de la plata.
Aquellas banderas de la patria de la primavera a decirme que existe el olvido esta noche han venido te sentaba tan bien esa boina calada al estilo del Ché Buenos Aires es como contabas, hoy fui a pasear y al llegar y me puse a gritar ¿donde estás?
Y no volví más a tu puesto del rastro a comprarte corazones de miga de pan, sombreritos de lata. Y ya nadie me escribe diciendo no consigo olvidarte ojalá que estuvieras conmigo en el río de la plata Y no volví más a tu puesto del rastro a comprarte carricoches de miga de pan, soldaditos de lata.
Título: Con la frente marchita Año: 1990 Letra: Joaquín Sabina Música: Joaquín Sabina, Pancho Varona Disco: Mentiras piadosas (1990)
Resumiendo, que tengo un cajón de la firma Pandora, treinta y siete chansons, c’est a dire, una y media por hora, sin contar los sonetos, las coplas, los epistolarios, los tinteros borrachos de tinta que ordeño a diario.
Nos tocaba crecer y crecimos, vaya si crecimos, cada vez con más dudas, más viejos, más sabios, más primos, pero todo se acaba, ya es hora de decirte ciao, me ha citado la luna en Corrientes esquina Callao.
Resumiendo, sabes dónde estoy, resumiendo, si me llamas voy, resumiendo, no me hagas hablar.
Resumiendo, esto no es un arreglo floral por tu santo, solo sombras que en noches de insomnio me alfombran el canto, sobre nuestras cabezas silbaban calumnias, payolas, mano a mano las fuimos driblando a puertita gayola.
Hace siglos que quiero enviarte palomas de humo, antes de que carcoma el invierno la culpa que asumo, ten a bien recibir de mi parte un abrazo de amigo, cuando estalle la guerra estaré en la trinchera contigo.
Resumiendo, sin voto y sin voz, resumiendo, que se pasa el arroz, resumiendo, dos bises y amén.
Resumiendo que tengo un cajón de la firma Pandora…
Resumiendo, que te tengo ley, resumiendo, y nos dieron las seis, resumiendo, sin exagerar.
Una noche te vimos con Tola bajar la escalera, yo rompía una copa y Javier destrozaba la hoguera.
Resumiendo, Que me grita el escenario ven, resumiendo, pido un empujón, no te das cuen, resumiendo, que vomito con la televisión, resumiendo, me hace falta un polvo un buen rock and roll, resumiendo, nos veremos cuando se ponga el sol…
Título: Resumiendo Año: 2005 Letra: Joaquín Sabina Música: Joaquín Sabina, Pancho Varona, Antonio García de Diego Disco: Alivio de Luto (2005)
Lento... cómplice en el tormento Lento... busco tu pensamiento Siento... que eres tu mi alimento Canto... de una sirena violento a mitad Dentro... tiro a matar... aguanto Lento... impertinente deseo, voila! Magical overture, c’est toi Danse le mystere madame, pour moi Magical overture, magie Loin de cette histoire commence ma vie Cuento… noche a noche tu encanto Lento... donde colmar el momento ese te doy Denso... pálido y sin aliento Lento, luz de un bolero violento a mitad Magical overture, c’est toi Danse le mystere encore, une fois Magical overture, magie Loin de cette histoire commence ma vie
En la oscuridad puedo oir tu voz ¿qué herencia he de pagar? ¡qué antiguo es el castigo! Tu que eres Dios atrévete, maldiceme con tu perdon... Librame Señor del miedo y del dolor y devuelveme la paz Fin de cuenta atràs...tu silencio es mi temor. Dios de Dios vivo sin saber de ti, y bajo el signo de Cain... Si te profané confundeme la fé Si no te importa lo que soy libre dejame que quiero hablar con otros Dios... Dios de Dios vivo sin saber de ti, y bajo el signo de Cain... Tu silencio es mi temor vivo sin saber de ti, y bajo el signo de Cain... Tu silencio es mi temor Tu silencio... Vivo sin saber ...
Si tú no vuelves Se secarán todos los mares Y esperaré sin ti Tapiado al fondo de algún recuerdo
Si tú no vuelves Mi voluntad se hará pequeña... Me quedaré aquí Junto a mi perro espiando horizontes
Si tú no vuelves No quedarán más que desiertos Y escucharé por sí Algún latido le queda a esta tierra Que era tan serena cuando me querías Había un perfume fresco que yo respiraba Era tan bonita, era así de grande No tenía fin...
Y cada noche vendrá una estrella A hacerme compañía Que te cuente como estoy Y sepas lo que hay. Dime amor, amor, amor Estoy aquí ¿no ves? Si no vuelves no habrá vida No sé lo que haré
Si tú no vuelves No habrá esperanza ni habrá nada Caminaré sin ti Con mi tristeza bebiendo lluvia Que era tan serena cuando me querías Había un perfume fresco que yo respiraba Era tan bonita, era así de grande No tenía fin...
Y cada noche vendrá una estrella A hacerme compañía Que te cuente como estoy Y sepas lo que hay. Dime amor, amor, amor Estoy aquí ¿no ves? Si no vuelves no habrá vida No sé lo que haré
Era 1993, los asesinatos atmosféricos habían resultado en una gran mística que situaba a La Ciudad ascendente en el abismo, saltando desde la carretera.
Tu nombre estaba en todas las agendas de la gente “in”. El teléfono en tu casa no paraba de hacer ring, ring, ring. No había cóctel, party, cena, estreno, en que faltaras tú; por las noches en Bocaccio, y al Gijón para el vermut. Lástima que ahora, cuenado llaman a tu puerta, ves al casero que te pide por octava vez el alquiler. El mercader de sueños ya murió. El príncipe azul era un impostor. El último amante se largó, y el siguiente no, nena, no, no voy a ser yo. Ahora que todo se derrumba, ahora que se acerca el fin, déjate de valium, no imites a Marilyn. Puede que haya algo aún que tu puedas hacer. Esto es un supermercado ¿qué tienes para vender? Tendrás que decir sí a ofertas que dijiste no. Son tiempos de rebajas, siempre habrá algún comprador. El mercader de sueños ya murió. El príncipe azul era un impostor. El último amante se largó, y el siguiente no, nena, no, no voy a ser yo. Déjate de rollos, anda, reina, muévete, sal corriendo si no quieres perder también ese tren. El mercader de sueños ya murió. El príncipe azul era un impostor. El último amante se largó, y el siguiente no, nena, no, no voy a ser yo.
Título: Ring, Ring, Ring Año: 1984 Letra: Joaquín Sabina Música: Joaquín Sabina Disco: Ruleta Rusa (1984)
En esta noche eterna busco un resto de mi sol el mundo que recuerdo vida a vida como todo se apagó, pensar qué pude haber salvado quise ser Gulliver y nunca fui Gulliver.
En esta noche oscura como siempre me perderé pisando tierra yerma y perseguido por la voz de lo que sé y sé que se me fue la mano pero era ya tarde muy tarde.
Y grito herido, no un no que estalla en mil pedazos un no que cae en el olvido inútil, pequeño y perdido Y grito herido, no tan fuerte y tan desesperado tan grande, solitario y vencido inútil, pequeño, perdido... y grito no, no.
En esta noche oscura ya no cabe posibilidad de darle vida a nada lo que muere para siempre muerto está y duele tanto echar de menos quise ser Gulliver y nunca fui Gulliver.
Y grito herido, no un no que estalla en mil pedazos un no que cae en el olvido inútil, pequeño y perdido Y grito herido, no tan fuerte y tan desesperado tan grande, solitario y vencido inútil, pequeño, perdido... perdido mi último aullido Y grito herido, no un no que estalla en mil pedazos un no que cae en el olvido inútil, pequeño y perdido grito no no perdido salvado no salvado.
Un día los enanos se rebelarán contra Gulliver. Todos los hombres de corazón diminuto armados con palos y con hoces asaltarán al único gigante con sus pequeños rencores, con su bilis, con su rabia de enanos afeitados y miopes. Pobre de tí, Gulliver, pobre de tí, el día que todos los enanos unan sus herramientas y su odio, sus costumbres, sus vicios, sus carteras, sus horarios. No podrán, no podrán, no podrán perdonarte que seas alto. Para ellos la generosidad no es más que un lujo que no pueden pagarse, viven alimentados por la envidia que los habita en forma de costumbre. Míralos revolverse recelosos tras sus gafas de concha. Te acusarán, te acusarán, te acusarán: de ser el tuerto en el país de los ciegos, de ser quien habla en el país de los mudos, de ser el loco en el país de los cuerdos, de andar en el país de los cansados, de ser sabio en el país de los necios, de ser malo en el país de los buenos, de divertirte en el país de los serios, de estar libre en el país de los presos, de estar vivo en el país de los muertos, de ser gigante en el país de los enanos, de ser la voz que clama en el desierto, de ser la voz que clama en el desierto
“Es un antipanfleto. Se dirige contra los que creen que la igualdad consiste en cortarles la cabeza a los más altos.”
No pude evitar un disparo de la memoria... Un recuerdo, un gran debate, varias conferencias, talleres, el ayer, el pasado ladrando, la carretera, el análisis personal de tanto bolo fecal pidiendo asesoría de mis war rooms... Otros tiempos en los que los capos del WC dirigente tenían las neuronas funcionales suficientes para echar mano de los warroomeros que andábamos por ahí.
Ella ella ya me olvidó. Yo, yo la recuerdo ahora. Era como la primavera. Su anochecido pelo, su voz dormida, el beso y junto al mar, la fiebre que me llevó a su entraña, y soñamos con hijos que nos robó la playa...
Ella, ella ya me olvidó. Yo, yo no puedo olvidarla.
Ella, ella ya se olvidó de aquellas caminatas junto a la Costanera y el pibe que miraba.
Ella...
Ella, ella ya me olvidó. Yo, yo la recuerdo ahora. Cómo no recordarla en cada primavera si llega con la brisa se la lleva la arena.
Ella...
Aquí la canción por el autor, el legendario Leonardo Favio:
Somos complices los dos al menos se que huyo porque amo necesito distension estar asi despierto es un delirio de condenados Como un efecto residual yo siempre tomare el desvio tus ojos nunca mentiran pero ese ruido blanco es una alarma en mis oidos No seas tan cruel no busques mas pretextos no seas tan cruel siempre seremos profugos los dos No tenemos donde ir somos como un area desvastada carreteras sin sentido religiones sin motivo como podremos sobrevivir No seas tan cruel no busques mas pretextos no seas tan cruel siempre seremos siempre seremos profugos los dos Ven no seas tan cruel no busques mas pretextos no seas tan cruel siempre seremos profugos siempre seremos profugos
En cierto lapso de mi vida me vi desafortunadamente obligado a acudir algunas ocasiones a un grupillo de puñetas chavillos fresas marcados por la hipocresía y (me confesaron algunos) el negociazo que hacían armando "retiros espirituales" para chavos más tapados y menores que ellos. Aguanté como 4 visitas que me comprobaron que la religión es una estructura más, gastada, anacrónica, que unos utilizan para someter a otros.
Cuando supe que ya no tendría que ir a ese lugar de hipócritas defensores del estatus quo social-familiar-económico-mercachiflero, me apunté para ir a la reunión próxima que se supone habría fiesta. Y en efecto, pero sin pisto (porque eran muy decentes), ya que los moralinos de miérdoles se echaban sus chelas y coolers escondidas en el carro (porque eran muy hipócritas, perfectos religiosos).
Fui por un six, me trepé a la nave de un pariente, me eché unas cuatro cuando me llamaron de adentro para invitarme a cantar y tocar con el grupo. Mala opción. Mi nivel de alcohol en sangre me hacía entrar en calorcito noctámbulo trovador irreverente y muy mal guitarrista con iniciativa. Me trepé al tapanco, hice unas pruebas y les pasé el ritmo, les tarareé, les dije que me acompañaran en lo posible, que era parte del show, me dispuse a estrenarme en esa guitarra electroacústica haciendo el ridículo, pero dignamente. Toqué y malcanté gritando Mi amigo Satán.
Salir de ahí sin tener que despedirme de ellos se me hizo muy fácil y satisfactorio.
MI AMIGO SATÁN
Las doce marcaba el reloj de la sala prendido de sueño la luz apagué cuando oí una fuerte voz que me llamaba y aparecióseme Lucifer -”No tiembles de miedo” me advirtió que es falso “lo que te han contado los curas de mi” -”conozco tus trucos” le dije al diablo “búscate otro fausto y déjame dormir” -”el cielo que sueñas” contesto enfadado “es un club privado de gente formal, yo vengo a llevarte de viaje conmigo al país del que nadie a vuelto jamas”. Hizo un gesto con su mano y en el espacio me encontré, volando con alas de espuma mirando la tierra a mis pies Enjambres de estrellas cruzamos veloces mientras en mi oído sonaba su voz: -”Hace muchos siglos” me dijo “en el cielo hubo una sangrienta revolución, un grupo de ángeles nos levantamos contra el poder absoluto de Dios, como todo vencido conocí el exilio la calumnia el odio y la humillación, pero te aseguro que de haber ganado ni muerte ni infierno ni cinco ni dos, ni tuyo ni mio ni odio ni trabajo, habrían existido, ni diablo ni Dios” - “Déjame vivir contigo, demonio amigo” supliqué “no me hagas volver a la vida perdida ya mi antigua fe” Escuchose entonces un bárbaro trueno y en mi cama sudando debí despertar, mi amigo el diablo se esfumó gritando -”Cuenta lo que sabes a la humanidad” Desde entonces robo, bebo, mato, arrastro una miserable vida criminal, pues se que a la muerte me estará esperando en el dulce infierno mi amigo Satán. Sí, esto que les cuento es una historia cierta, ustedes si quieren me creen o no, pero no le cierre la puerta al diablo si llama una noche a su habitación.
Título: Mi Amigo Satán Año: 1980 Letra: Joaquín Sabina Música: Joaquín Sabina Disco: Malas Compañías (1980)
el sol ya se acuesta flojo y la luna le ha guiñado un ojo, la ciudad esta tatuada y las nubes quieren vomitar su ansiedad de llorar, mientras camino sus calles, me he encontrado dos peleas de perros, me encontré a una bailarina con un par de zapatillas rotas como mi alma lisiada... me encontré a un tin tan enfermo y a un niño sin lápiz ni cuaderno qué locura, qué locura, me he encontrado a una criatura tirada en un bote de basura, qué ternura, que ternura... me encontré a la monalisa llorando en un callejón... y dije no no no no y dije no no no no... me encontré a una sanguijuela cobrando intereses a un ratón, que lo chupa que lo chupa, y a la misma sanguijuela se la chingó un contador... me encontré a una tumba sola que tenía mi nombre y mi epitafio, que me hablaba con voz fría, bienvenido a casa mijo de esta ya no vas a levantarte, ven conmigo, voy a llevarte, y dije no no no no y dije no no no no.
Sé de nuestro amigo lo que andan diciendo todos los diarios. Está usted perdiendo su tiempo conmigo, señor comisario. Era un individuo de esos que se callan por no hacer ruido, perdedor asiduo de tantas batallas que gana el olvido. Yo no les pregunto nunca a mis clientes datos personales, me pagan y punto… ¡Pasa tanta gente por estos hostales!… Nunca dio el menor motivo de alarma, señor comisario, nadie imaginó que escondiera un arma dentro del armario. Ciudadano cero, ¿qué razón oscura te hizo salir del agujero?, siempre sin paraguas, siempre a merced del aguacero. Todo había acabado cuando llegaron los maderos. Aquella mañana decidió que había llegado el momento. Abrió la ventana rumiando que hacía falta un escarmiento. Cargó la escopeta, se puso chaqueta, pensando en las fotos. Hizo una ensalada de sangre, aliñada con cristales rotos. Dejó un gato cojo y un Volkswagen tuerto de un tiro en un faro; no tuvo mal ojo, diecisiete muertos en treinta disparos. Cuando lo metían en una lechera, por fin detenido, “ahora -decía- sbrá España entera mis dos apellidos”. Ciudadano cero, ¿qué razón oscura te hizo salir del agujero?, siempre sin paraguas, siempre a merced del aguacero. Todo había acabado cuando llegaron los maderos.
Título: Ciudadano cero Año: 1985 Letra: Joaquín Sabina y Pancho Varona Música: Joaquín Sabina Disco: Juez y Parte (1985)