¡Despierta, Cerati!
En camino
(Cerati/De Sebastian/Ficicchia)
La tarde está cayendo
en tus ojos.
Un auto en el vacío y la niebla
otra vez.
Un rumor debajo de la piel,
casi sin querer
estamos en camino entre los espejismos.
Deslizándonos,
hay sombra alrededor,
vemos pasar montañas de piedra otra vez.
Por favor no leas el cartel,
ni anuncios de ayer,
no puedo esperarte hasta fin de siglo.
Quiero sentir tu cuerpo acercándose.
Quiero encontrar un paraíso y no volver.
Un rumor debajo de la piel,
casi sin querer
estamos en camino entre los espejismos.
No me asustan los desvíos, los puentes,
sólo quiero seguir acercándome, acercándome,
puedo encontrar ese paraíso,
acercándome, acercándome.
Por favor no leas el cartel
que casi sin querer
estamos en camino hasta fin de siglo.
"¡CERATI, NO TE NOS MUERAS NUNCA!"
Hace unos 3 años escribí esta nota:
Como todo un individuo adolescente socialmente irresponsable, un día me lancé desde Guanajuato (donde vivía) a León, al concierto de Soda Stereo. Era 1988. Como era instructor de manejo de chavos de alcurnia y nivel, carro sí traía, y convenciendo al mocoso, hasta para la botana. Un compañero de la prepa se nos pegó también y puso el varo para la gasolina. Ahí vamos a León. Como traíamos boletos en preferente, la fila estaba desahogada y éramos de los primeros. Aquella tarde casi noche, Soda Stereo se bajó de un autobús sin que nadie los pelara, se camuflajearon entre los locos que iban vestidos como ellos. Yo los reconocí. Le dije al mocoso del carro que se quedara en la fila y fui al encuentro del grupo. Sólo atiné a decirle a Gustavo: "Cerati, no te nos mueras nunca", él se detuvo, me saludó y dijo: "alguna vez estuvo a punto de pasarme", y se despidió. Un excelente concierto, un recuerdo pacheco.
Se hizo post para la serie Recuerdos Pachecos de Blog Escombrismo y posteriormente para éste. Sin embargo hay que terminarlo, precisarlo, corregirlo y curarle las heridas de una mutilación y darle otra presentación debido a un intercambio de recuerdos con Walter, alucines extras de Uriel y evocaciones surgidas a raíz de lo acontecido con Gustavo, y me he concentrado en profundizar la historia empezando en las últimas horas a recordar ese lejano momento en que Cerati y yo dialogamos justo en la entrada de la banda al auditorio.
Hace 22 años Soda Stereo ofreció un excelente concierto en el Auditorio Municipal (hoy Domo de la Feria) de León. Ya se ganaban el éxito con cada presentación de su gira y sus 6 años de carrera en ascenso, sin embargo bajaron de un autobús de pasajeros nada ostentoso (digamos viejo), caminaron entre los fans que iban llegando sin que se notara su presencia del baño de pueblo leonés que se estaban dando y porque se camuflajaron entre quienes vestían imitándoles. Era 1988. Algunos los reconocieron pero reaccionaron tarde, los Soda Stereo caminaban a paso un tanto más rápido que el resto. Iban acompañados de los músicos y staff. De quienes reconocieron a Soda cuando se aproximaban al acceso fue Lupillo, uno de mis acompañantes en esa aventura de preparatoriano cuevanense en la fila de preferente en un concierto de Soda Stereo. El otro acompañante se quedó cuidando los lugares mientras Lupillo y yo caminábamos al encuentro con el grupo.
¿Son? No... A ver... ¡Sí son!
Había una malla ciclónica que dividía el estacionamiento de donde venía Soda y la plancha de concreto del acceso de preferente. Ahí como a veinte metros los interceptamos en ángulo de 90º, me adelanté y saludé a Gustavo, le dije eufórico: "¡CERATI, NO TE NOS MUERAS NUNCA!". Cerati me vio, se sonrió, bajó el paso lo suficiente para ser amable conmigo en esas circunstancias y me dijo: "ALGUNA VEZ ESTUVO A PUNTO DE PASARME" y continuó, de repente a mis espaldas siento un golpe leve de una chica que se abalanzaba a abrazar a Cerati. Eso lo hizo detenerse, la abrazó por unos segundos fugaces, en ese momento, entonces por la sorpresa, la alegría, que seguía ahí enfrente de mí, qué sé yo, le seguí con el diálogo, ya sabiendo que sería todo, cada quien a su lado, le dije lo primero que me vino a la cabeza: "¡NO! ¡NUNCA!", pero lo gran persona de este cuate lo hizo aún volver la cabeza hacia mí para vernos bien a los ojos mientras reanudaba su paso caminando rumbo a la entrada de los artistas y me prometió: "ESTÁ BIEN, NO VOLVERÁ A PASAR".
Para esas alturas de la llegada de Soda Stereo ya eran varios más los que se habían dado cuenta que eran ellos, pero ya estaban subiendo las escaleras cuando se reunió más raza a gritarles, además de que en realidad habíamos muy pocos asistentes porque eran como dos o tres horas antes del concierto. Ahí formados en preferente, siendo de los primeros 10 ó 15, teníamos la puerta a mano y nos aventamos todo el ensayo de la banda, luego ya el concierto, de lujo.
Claro que esta historia pasó a ser parte de la mitología y alucinología de Los Locos, por lo que está marcada por las imprecisiones de la carrilla, el chacoteo, relajo o la literatura evocativa del evento y sus contextos circundantes. Me agarro lo más que puedo a lo que fielmente pasó.
Le grité a Cerati "¡CERATI, NO TE NOS MUERAS NUNCA!" porque esa misma frase le envía cada año por telegrama un tío a Serrat. Se la robé para expresarla en vivo hace 22 años a Gustavo cerati, un maestro y pilar del escombrismo. Un abrazo solidario y lleno de los mejores deseos.
Fuente.
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1 comentario:
Yo me uno! Cerati, nunca te nos mueras bombom!
Dale! Desperta, que ya paso el temblor! <3 Genio inmortal!
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