Seguiré asegurando que las licenciaturas en este país son de extremo bajo nivel. Yo soy licenciado en ciencias de la comunicación, pero más he aprendido de mis “otros” títulos en la vida:
Licenciado en causas perdidas. Universidad de lo Subterráneo.
Licenciatura honoris causa en borderline. Universidad Emocional.
Maestría en comunicación reptiliana con especialización en cuerpo calloso. Universidad Reptiliana.
Maestría en psiquiatría personal. Universidad de la Sociedad.
Maestría en saltos al vacío. Maestría en teología pacheca. Máster Internacional en Ansiedad.
Doctorados en:
Comunicación reptiliana.
Uso de un celular.
Alcohol y drogas.
Nalgas en una silla de rueditas.
Análisis transaccional riañista.
Psiquiatría profunda del daño cerebral.
Psicología de desvíos.
Patos e iguanas.
Posdoctorados en:
Fracasos.
Dolor profundo.
Infinita tristeza.
Inutilidad, discapacidad y marginación social.
Víctimas de discriminación (honoris causa).
Ansiedad, depresión, fobias, filias y otras yerbas.
Estos grados, obviamente, reconocidos sólo en los universos paralelos donde apliquen los sistemas complejos.
Becado, en este y otros planos dimensionales, por:
Fondo de Apoyo a Desplazados
TPM
Fundación Telmex (gracias, Carlos).
Sociedad de Escritores Irreverentes
Canacintra
UAZ
UAS
UDB
UN
Fundación Riaño
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